En mi mundo

Más a menudo de lo que debiera me da por fantasear. Imagino cómo sería todo si yo tuviera más control sobre lo que pasa y lo que no. Imagino que el ‘hubiera’ existe, que puedo devolver o adelantar el tiempo como si tuviera en mis manos el control remoto de “Click” y creo un mundo paralelo a mi antojo.
Acudo a ese mundo cada vez que me da la gana. Cada vez que no me salen las cosas como las planeo. Es una actitud caprichosa, ya lo sé, pero me la permito porque me la merezco, porque nadie limita mi imaginación y porque las fantasías son un buen mecanismo de defensa para afrontar la realidad.
En mi mundo perfecto hay más animales que gente, por alguna razón me despiertan mucho más interés algunas creaturas que algunas personas.
Las personas no mantienen las apariencias, tampoco lo hago yo, cada quien hace y dice aquello que siente. No hay ninguna necesidad de parecer equilibrados, ni normales.
No se transmite el futbol ni ningún otro deporte por televisión.
Las calles no tienen huecos, no hay presas y los semáforos siempre están en verde cuando voy a pasar, ahh y todo el tiempo consigo parqueo cerca de la entrada.
Solamente llueve en las madrugadas, dos horas por día.
La comida siempre sabe bien, está fresca y la puedo comer en un plato, no en recipiente de topper calentado en microondas.
Se hace el amor todos los días y mi periodo sólo dura un par de horas y no me duele.
Las mañanas son siempre soleadas, el aire es frío y fresco y huele a tierra mojada.
Todas las noches hay luna llena y tengo un hombro para recostar mi cabeza cuando voy a dormir.
Siempre encuentro lo que estoy buscando.
Puedo ir a trabajar en buzo y tennis y sacar vacaciones cada vez que quiera.
Tomo siestas todas las tardes
No tengo compañeros ruidos que me roben la paz.
Camino de noche y sola sin miedo al hampa.
En el almuerzo tengo buena compañía y la conversación es interesante.
Tengo cinco cachorros y ninguno crece.
Cuando llamo me contestan al segundo timbrazo y me responden los mensajes al minuto de enviados.
En la radio solamente programan la música que me gusta, lo mismo pasa en televisión.
No me canso, ni padezco de migraña.
En mi planeta de fantasía todo funciona mejor para mí. Imagínate que en ese mundo hasta tú me amas.