26 de diciembre de 2007

Gracias, Señor

Este año, este 2007 no ha sido, por así decirlo, el mejor de los años. En general para mi no fue malo, aclaro. Tuve varios éxitos, en lo laboral sobretodo; viví momentos de mucha alegría y conocí a muchas personas valiosas.
Pero lloré mucho, no recuerdo haber llorado tanto otros años.
Aunque no lloraba por mi, ni por mi familia, lloré por la impotencia de ver sufrir a personas que quiero sin poder hacer nada al respecto. Me dolía verlos sufrir. Pero ese sufrimiento me acercó a Dios y doy gracias por eso.
Tengo muchas razones para estar agradecida con Dios, he sido muy bendecida durante este año. Y a pesar de unos cuantos tropiezos que tuve que pasar, al final, todo ha sido para bien.
Dejo este poema de Salvador Novo, que expresa mejor que lo que quiero decir:


Gracias, Señor

Gracias, Señor, porque me diste un año
en que abrir a tu luz mis ojos ciegos;
gracias porque la fragua de tus fuegos
templó en acero el corazón de estaño.

Gracias por la ventura y por el daño
por la espina y la flor; porque tus ruegos
redujeron mis pasos andariegos
a la dulce quietud de tu rebaño.

Porque en mí floreció tu primavera;
porque tu otoño maduró mi espiga
que el invierno guarece y atempera.
Y porque, entre tus dones, me bendiga
-compendio de tu amor- la duradera
felicidad de una sonrisa amiga.

-Salvador Novo-

12 de diciembre de 2007

Testimonio


No necesito pastillas para dormir

si estás conmigo

todos los sueños florecen

cuando me hablas al oído.


No necesito millones

ni acorralar los corazones

y sólo en tu cafetera

todo el cielo enamorado se cuela.


No necesito decirte 2,500 veces

multiplicado por 7

que te espero noche y día.


Que me disculpen los sabios

pero la sabiduría

duerme detrás de tu oreja

y no en Grecia

como la historia creía.


Abreme la noche y ven a ver

cómo te puedo querer eternamente

cúrame la sombra al caminar

que se corre si no estás.


No necesito violines

pizzicatos en el pecho

eres todo mi concierto

la más bella sinfonía.


Que me disculpe el poeta

pero toda la poesía

la encuentro sobre un madero

y me verso con tus rodillas que riman.


Abreme la noche y ven a ver

cómo te puedo querer eternamente

cúrame la sombra al caminar

que se corre si no estás.


-Por Juan Luis Guerra-

9 de diciembre de 2007

Síndrome del domingo en la noche

Vengo llegando de un bar. Compartí amenamente unas birritas y unas bocas con 4 de mis mejores amigos.
Quedamos de vernos entre cinco y media y seis de la tarde en Long Horns, en "plan tranquilo" porque mañana hay que bretear. Todos mis amigos y yo estuvimos de acuerdo en que no podíamos abusarnos en ningún sentido porque sino mañana que vá, empezaríamos mal la semana.
Los domingos son así, siempre en plan tranquilo, si se hace la excepción de salir a tomarse algo, siempre es con medida, en un lugar poco ruidoso y sin quedarse más tarde de las once de la noche.
A eso lo llamo síndrome del domingo por la noche y considero que casi todos los que pertenecemos a la clase trabajadora padecemos de este mal.
Es una sensación entre nostalgia y estrés, de saber que el fin de semana está llegando tristemente a su final y que nos toca volver al mundo real.
Usualmente los síntomas se empiezan a sentir después del mediodía del domingo, nos da pereza todo pero al mismo tiempo nos empezamos a poner ansiosos, recordando que tenemos pendiente en la oficina, repasando mentalmente la agenda, eligiendo la ropa que usaremos al día siguiente y prohibiendonos a nosotros mismos cualquier actividad que nos mantenga despiertos más allá de las diez o nos provoque alguna consecuencia negativa en el temido lunes por la mañana.
Una vez que amanece el bendito lunes todos los síntomas se desvanecen para volver el domingo siguiente a quitarnos la paz.
Me desespera tener este síndrome, me desespera que casi todos lo tengamos. Acaso el lunes o el martes tenemos algún problema en desverlarnos?? NO!!! Eso solo pasa los domingos en la noche, nos acorta los placeres del fin de semana y con qué fin,,, ninguno. Porque al fin y al cabo es más dañina la angustia de ver terminado nuestro jugoso dia libre que cualquier gustito excesivo que tengamos.
Yo me pregunto: No es mejor pasar una noche vacilando y tomando con los amigos hasta altas horas de la noche, con nuestro cuerpo generando endorfinas y cargando las pilas de buena vibra y positivismo que tumbarnos en la cama, viendo al cielorraso como idiotas, esperando que nos dé sueño y dando vueltas en la cama sin lograr dormir????
Es estúpido perder el tiempo así, dominados por un estrés crónico que solo nos arruina la tarde del domingo.
Como dijo Joaquín Sabina, nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al currelo.
Voto por que los bares cierren los domingos a las 2am y no a las 11pm, y los insto a todos a aprovechar su domingo como mejor les parezca, pero sin pensar en el lunes.