29 de octubre de 2007

VIENDO EL VASO MEDIO LLENO

Las últimas semanas han sido de todo menos tranquilas. He tenido muchísimo trabajo, en la oficina y en la universidad, a eso debo sumarle que me quedé sin carro dos días y que lo tengo que llevar a reinspección en el bendito monopolio de Riteve.

Paréntesis: No es posible que en RITEVE S. Y C. a uno le exijan tener el carro en perfectas condiciones, le cobren por una revisión en la que nunca falta al menos una falta leve, y que las calles de este país sean casi todas caminos de "lastre" o asfalto de cuarta con hoyos negros y abismos cada 50 metros. Una cosa no es consecuente con la otra, es como si para entrar a gradería de sol del estadio a uno le pidieran vestirse de etiqueta.

Volviendo al tema de esta entrada, en circunstancias normales tener que pasar un par de semanas estresantes y ajetreadas como las dos últimas me habría causado mi típica migraña crónica, mal humor y hasta gastritis. Pero esta vez no fue así, hice un pequeño esfuerzo y obtuve excelentes resultados.

Decidí no estresarme, hacer mi trabajo lo mejor que se pudiera y dejar que el resto fluyera y funcionó a la perfección. No sacrifiqué mi salud con una migraña, ni tampoco dañé el ambiente con malas vibras, sino que mantuve la calma y el buen humor. Casi sin darme cuenta, la semana pasó volando y llegó el tan ansiado viernes, pude tomarme mis fresquitos de tamarindo y la calma siguió.

Estoy orgullosa de mi misma por haber logrado mantenerme equilibrada y tranquila, y lo que más me llena de optimismo es que no me costó casi nada hacerlo. Se trata simplemente de ver el vaso siempre medio lleno y de sentirme una persona privilegiada, porque lo soy.

Por ejemplo, cuando llevé el carro a Riteve y me dieron una falta grave por que una llanta de atrás frenaba más que la otra, primero tuve un leve disgusto pero luego pensé que podría ser peor, pude hacer tenido más de una falta grave o que mi carro no pasara por la temida emisión de gases o simplemente no tener carro que llevar a inspección. Entonces me sentí feliz de tener a mi perol y que la falta que tuvo fuera tan fácil de corregir.

Hace poco leí un fragmento del libro el Secreto de Rhonda Byrne, decía que existe una ley de atracción y que todo lo que tenemos en nuestra vida es porque lo atraemos por medio de las imágenes que tenemos en nuestra mente acerca de a nuestra propia existencia.

No sé si sea cierto eso del secreto, pero por si las dudas he decidido tener la mayor cantidad de imágenes positivas y felices que pueda para mi vida, luego les diré si funciona o no.
Mientras tanto seguiré con mi recientemente adquirida filosofía: Vivir y dejar vivir.

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